Monday 29 June 2009

EN EL JARDÍN DEL CORÁN Yahya Nurul Hudá


EN EL JARDÍN DEL CORÁN


Yahya Nurul Hudá 'Emilio Ballesteros'

2-114


De Allah son el oriente y el occidente; donde quiera que os volváis, allí (encontraréis)
la faz de Allah. Es cierto que Allah lo abarca todo y no hay nada que escape a Su conocimiento.

I

Decidme, valles, cuya luz
el sol tiñe de oro y de encarnados…
¿Quién dio a la mariposa ese color
y puso entre las patas de la araña
la habilidad de su tejido?
Bruñe la tarde un palio en que las sombras
dejan sobre la tierra dibujos singulares.
La diminuta hormiga porta un grano
y una lejana nube adopta el cuerpo
de un caballo al galope.
En la montaña, un terciopelo malva
pinta sobre la nieve su mensaje de sangre.
Una primera estrella anuncia ya la noche.
¡Oh, grandeza abismal de todo lo creado!,
¿quién puede ser tan crédulo que piense
que surgió de la Nada?
Suena en mi corazón la Luz de la Certeza.


2-116


Aquel que dio principio a los cielos y a la tierra, cuando decreta algo, le basta con decir: ¡Sé! Y es.


II

¿Puede una máquina hacer una violeta?
¿Pueden mil máquinas? ¿Y un millón?
No hay gen que salga de un laboratorio
que pueda hacer vibrar un alma o un latido.
La evolución jamás podrá engendrar una palabra
y no hay patrón capaz de hacer sonar
la flauta de la vida.
Si alguien alguna vez logró una pisada
fue porque había un pie.
La huella que estudiamos
clasificada en libros y etiquetas
estaba ya en el Plan que no sabemos.
Podremos descubrir flores y rocas,
bichos, teoremas…,
podremos fabricar torres, motores…,
clones, mutantes…
Mas nunca lograremos sacar del barro un grano,
del agua un ser que vive…,
del cuerpo, la Palabra…
Y al fin, por mucho que logremos,
la Muerte nos espera.


2-153


No digáis de los que han muerto luchando en el camino de Allah que están muertos, porque están vivos aunque no os deis cuenta.

III

Siento la presencia en las huellas del camino
de los que precedieron los pasos que hoy seguimos.
Siento que mi fuerza se nutre de su fuerza,
siento que respiro el perfume de sus flores.
Tal vez en esta rama que acaricia mi mano
la savia lleva esencia de quien plantó este álamo
y en la luz que declina
por entre los laureles
alguien sembró la gracia de su mirada azul.
Si están limpias las aguas
y el manantial aún mana,
quien los usó sabemos que también los amaba.
Y si a lo lejos crecen
los cipreses tan altos
tienen calor sus hojas
de quienes los sembraron.


2-163


Ciertamente en la creación de los cielos y de la tierra, en la sucesión de la noche y el día, en la nave que navega en el mar y de la que los hombres se benefician, en el agua que Allah hace descender del cielo con la que vivifica la tierra después de haber estado muerta, en cómo se han diseminado por ella toda clase de criaturas y en el cambio de dirección de los vientos y de las nubes sometidas entre el cielo y la tierra hay signos para una gente que entienda.

IV

¡Viento del norte que haces carámbanos y dejas
los árboles pelados…!
¡Viento del sur!, cálido beso del desierto.
¡Céfiro encarnado…!
Viento poniente que levantas
las olas en los mares…
Decidme, ¿quién hizo girar
la esplendidez de los planetas
y os trae a uno ayer y a otro hoy?
Las leyes de la física me explican
cómo avanza el motor.
De su inventor, vosotros sois los signos.












2-263

¡Creyentes! No hagáis que vuestras limosnas pierdan su valor porque las echéis en cara o causéis un perjuicio por ellas; como aquel que da de su riqueza por aparentar ante la gente, pero no cree en Allah ni en el Último Día. Es como roca sobre la que hay tierra y le cae un aguacero dejándola desnuda. No pueden beneficiarse de nada de lo que obtuvieron. Y Allah no guía a la gente incrédula.

V

Concédeme, Señor, un corazón de tierra firme y arraigada.
Claro como la luz, sencillo como el agua…
El jactancioso es ave truculenta, flor vacía…,
roca que gasta el agua.
Como la flor silvestre quiero ser:
crece regada sólo con rocío,
da aroma al campo, color a la ribera,
néctar a las abejas, alivio al caminante…
Y nunca lució en jarrón
ni cosechó alabanzas vanas.


2-267

El Shaytán os infunde temor con la miseria y os manda la avaricia; pero Allah os promete perdón de Su parte y favor. Y Allah es Espléndido, Conocedor.

VI

Busca la abeja su provisión entre las flores,
el pájaro su grano en el camino,
la liebre su alimento entre las hierbas,
y yo, ¿qué temeré si tengo sobre ellos
la fuerza del instinto y la luz de la conciencia?
Mira el avaro el mundo como establo,
siempre pendiente de acumular grano
y llega luego el viento y lo destruye,
la humedad lo corrompe…
Concédeme, Señor, ser lluvia y viento,
ser como el espurreo de la cascada,
tener el corazón tendido al cielo,
abierto hacia la luz, florido
y generoso.


2-268

Da la sabiduría a quien quiere y a quien se le da la Sabiduría se le ha dado mucho bien. Pero no recapacitan sino los que saben reconocer lo esencial.

VII

A vosotros, doctores de la ciencia, que llenáis los cajones
con nombres y etiquetas;
que buscáis las razones del mundo y sus fenómenos;
que adelantáis los tiempos,
domesticáis las bestias,
reconocéis las fuerzas
que rigen los planetas…,
que fabricáis engendros que hacen la vida cómoda,
aparatos veloces, armas de precisión
y de un poder mortífero,
que trazáis los caminos, construís monumentos, clasificáis palabras, averiguáis orígenes, explicáis los procesos del curso de la historia, la forma de los seres…
Contestadme un momento:
¿Alguno de vosotros vencerá a la muerte?,
¿localizasteis ya la esencia de la vida?,
¿cuánto pesa el Amor?


2-274

Los que comen usura no se levantarán sino como se levanta en un ataque de locura el que ha sido tocado por el Shaytán. Eso es porque dicen: la usura es como el comercio. Sin embargo Allah ha hecho lícito el comercio y ha prohibido la usura. Así pues, al que llegue el aviso de su Señor y desista, podrá quedarse con lo que ya está consumado y su caso se remitirá a Allah. Pero quien reincida… Esos son los compañeros del Fuego, donde serán inmortales.

VIII

¡Comedores de usura!, ¡corruptores del mundo!,
sois los que habéis llenado la tierra de detritus,
las selvas de miseria a la que llamáis progreso,
las ciudades de odios, los campos de pobreza…
Habéis creado países para sorber su jugo,
inventáis los sistemas de engaño y sometéis
a vuestros ritos vanos rebaños de borregos.
¡Miradme! Yo soy libre
y desde aquí os desprecio.


3-27

Haces que la noche entre en el día y que el día entre en la noche. Haces salir lo vivo de lo muerto y lo muerto de lo vivo; y provees a quien quieres sin limitación.

IX

Posa la mosca su abdomen sobre la rata muerta.
Deja sus huevos. Las larvas crecen, comen su cuerpo,
la carne, ya descompuesta, deja sobre la tierra
su fértil humus. Surge la flor.
Sus blancos pétalos lanzan al aire su dulce aroma.
La mariposa liba en su néctar;
sobre sus alas lleva semillas que esparce lejos…
Y por doquiera, surge la vida, la sierra esplende…,
el agua salta y sobre la roca
canta su estrofa…
La noche cubre con el oscuro tantos colores.
La rata corre. La mosca vuela.
Muere la rata. Llega la mosca…
Las flores que ya se habían mustiado,
de nuevo brotan. Ha amanecido.
¡Subhanna Allah!


3-53

Y maquinaron, pero Allah también maquinó y Allah es el que mejor maquina.

X

Llegarán con sus máquinas terribles
fruto de la jactancia y de la usura
rompiendo bosques, ríos y viviendas.
Llegarán sembrando ciudades onerosas
en las que crecen el desorden y la inquina.
De sus frutos podridos, la violencia
crecerá cual gusano insaciable.
Y con muros invisibles se cercarán sus almas
mientras llenan las calles de vallas y alambradas.
De nada servirán sus bancos rebosantes
ni sus casas de lujo guardadas por lebreles.
El día llegará en que el trueno las rompa
y la lluvia se lleve sus ruinas y cascotes.
Y ya no habrá más pozos con que saciar su sed.
¿Puede alguien acaso parar al huracán?
¿Quién puede detener que avancen los desiertos
cuando el agua no quiere obedecer los cauces?
Porque ellos maquinaron un mundo de injusticia
pero Allah ha maquinado una creación acorde
y Él maquina mejor.


3-83

Di: Cremos en Allah y en lo que se ha hecho descender sobre Ibrahim, Ismael, Isaac, Yaqub y las Tribus, así como lo que le fue dado a Musa, Isa y a los profetas procedente de su Señor; no excluimos a unos y aceptamos a otros y a Él estamos sometidos.

XI

Manda el vencedor contar la historia en su versión.
El vanidoso cuenta las cosas como sabe que quieren los que mandan
buscando sus migajas de gloria y de renombre.
En su delirio cantan los lacayos las glorias
de quienes los mantienen
y en frías catedrales que endiosan la razón
se llenan de leyendas que encumbran como ciencia
excluyendo a quien dude de sus dioses de barro.
No me creo las teorías de los beatos laicos
ni creo en su religión laica de historias falsas.
La historia que me sirve me la ha contado Él
por boca de Abraham, de Ismael, de Isaac,
de Jacob, de Moisés, de Jesús
y el profeta Muhammad,
la paz sea con todos.


3-91

No alcanzaréis la virtud hasta que no deis de lo que amáis.

XII

A ti, que has llegado hasta mi orilla
y compartes conmigo algún trozo del camino,
te doy mi nobleza…, y mi miseria;
la sangre que late con valor…, y el miedo;
las cosas que aprendí y que conseguí…,
y aquellas que deseo y no he logrado;
las aguas del remanso que advertí…,
y las que casi me ahogaron;
el alma generosa que se alza…,
y la sombra que acecha detrás de la ventana.
Toma lo mejor de mí,
que sólo soy un ser humano.
Y que Allah me conceda sentir el desapego
y a ti la rectitud y el aceptar aquello
que es mejor para ambos.
A ti te quiero dar
la flor mejor de mi jardín,
la joya más excelsa de mi cofre,
la luz más limpia para ver…
A ti, toma mi amor, mi mano abierta…,
mi corazón.
Y que una nube grande llena de bendiciones
dé a nuestros pasos la luz del sol,
la sana fiereza del viento claro,
la fortaleza blanca de luna.


3-104

Para que de vosotros surja una comunidad que llame al bien, ordene lo reconocido e impida lo reprobable. Esos son los que cosecharán el éxito.

XIII

Sabe la abeja la flor en que libar;
la hierba que comer sabe la vaca;
conoce el polen qué viento ha de llevarlo;
el agua sabe el curso que llevar
y hasta la ameba sabe
el charco en que partirse.
Pero el hombre no sabe lo que su sombra quiere
y a veces no conoce la causa porque llora.
No sabe los secretos que moran en la noche
ni que al rayar el alba una luz lo sacude.
No comprende a menudo por qué sueña o qué siente
y es frecuente también no saber lo que come…
Por mucho que investiga, las preguntas lo acosan
y ante cada respuesta surgen nuevos enigmas.
Me someto a tu guía, Señor de lo creado.
Y lo grito en el viento con todos mis hermanos.


3-117

Lo que gastan en la vida del mundo es como un viento helado que azota los campos de un pueblo injusto consigo mismo y los arrasa. Pero Allah no es quien es injusto con ellos, sino que son ellos los injustos consigo mismos.

XIV

Llenarán la tierra de máquinas feroces
cuyas fauces devoran las flores y los ríos.
Los cielos llenarán de alacranes con alas
y sobre los caminos las sierpes de alquitrán
dejarán una estela de muerte y de miseria.
Habrá por las ciudades regueros inquietantes
y por los corazones un sesgo de puñales
recorrerá su sangre en ciegos torbellinos.
Y aunque se crean terribles,
su poder de hojalata será un brillo ante un rayo,
una brizna de hierba que barrerá de pronto
el azote inclemente de los vientos helados.
Se mostrarán felices en un tiempo marcado,
pero al final las flores de fuego que sembraron
dejarán en sus campos un rastro de cenizas
y en su alma arraigará la negra soledad.



3-130

¡Vosotros que creéis! No os alimentéis de la usura, que se multiplica sin fin y temed a Allah para que podáis tener éxito.

XV

Con tantas propiedades que se pierden contándolas
y tienen tantas casas que algunas ni las pisan
y el lujo en mil objetos que ni siquiera usan,
¿por qué quieren aún más?
¿Qué tenia insaciable devora sus entrañas
que nunca satisface sus ansias de tener?,
¿qué envidia les corroe
si ven que alguien posee
algo que ellos no tienen
o notan que sonríe inocente algún alma
que apenas tiene nada?
¡Qué pobreza tan grande
la de aquellos que basan
su riqueza en tener!
La usura los devora y no parará nunca
de roer su corazón.
Señor, yo a ti me entrego
y por tu Amor yo te amo
y es mi amor el que teme
extraviar de tu guía,
salirme de la senda que me lleva hasta ti,
la que me hace feliz de andar en la belleza
de ser tal como somos.


4-27

Y Allah quiere volverse a vosotros con Su favor, pero los que siguen los apetitos quieren que caigáis en una gran desviación.

XVI

No me llames, prisionero del cuerpo y la apariencia,
a tu fiesta de gozos que se muerden el vientre.
Yo no quiero sentirme en la presunta
libertad de placeres que te atan.
¿Qué puertas puede abrir la compulsión?
Detrás de vuestras risas está el asco
y un vacío de dientes que devoran
la luz del corazón y echan las sombras
vestidas de ansiedad sobre la vida.
La angustia es el color de vuestras flores.
 Hacéis fiestas que son un baile de disfraces
y cuando cae la máscara, detrás sólo hay tristeza,
sabor a soledad, debilidad, astucia
que no puede engañar, que se deshace.
Amor es libertad,
un viento que barre por doquier la tierra sucia
y deja en los rincones aromas de inocencia.
Y nada puede el tiempo contra eso.
La vejez lo incrementa.


4-28

Allah quiere aliviaros, ya que el hombre fue creado débil.

XVII

Si pudiera deciros:
Soy la roca. Imposible doblegarme.
Si pudiera deciros:
No hallaréis sobre mi piel la mácula
que me señale débil.
Yo también soy un hombre
y provengo del barro
y el error forma parte
de mi ser.
                  Si soy fuerte
es a base de lucha y porque Él,
Compasivo como es, me perdona.
Me levanto y corrijo
y no vuelvo a la senda que ofuscaba mis pasos,
asfixiaba mi ánimo,
me encenagaba el alma…
      Porque Él quiere aliviarnos,
nos señala el camino,
la vereda correcta,
la que no va a extraviarnos
por compulsiones locas,
en la oscura obsesión
que se crece en la sombra,
que se alimenta de ella,
que destruye la luz.


4-29

¡Vosotros que creéis! No os apropiéis de los bienes de otros por medio de falsedad, sino a través de transacciones que os satisfagan mutuamente.
Y no os matéis a vosotros mismos pues Allah es siempre Compasivo con vosotros.


XVIII

¿A cambio de qué una vida?
¿Qué vale lo que una vida?
¿Una nación, un pueblo…,
una piedra, una pared?
Este mundo es un tesoro de belleza;
desde la mota invisible
a la galaxia más grande
todo es magnífico y bello.
Pero todo acabará.
Sin embargo en una vida
habita la esencia misma
que late en la Eternidad.
Todo se vuelve hacia Él
y lo hace con nosotros.
Todo es sagrado y el Hombre
es el jalifa en la Tierra:
él la rige y él responde
con su vida por la de ella.
¿Qué vale lo que una vida?


4-106

Ni tampoco defiendas a los que se traicionan a sí mismos; la verdad es que Allah no ama a quien es traidor y malvado.

XIX

Mentir a los demás puede ser fácil;
basta tener habilidad y un poco de buena memoria.
Es más difícil ser leal,
pero se ensancha el corazón y se respira
un aire más fragante y más nutricio.
Lo más difícil es mentirse a uno mismo.
Da igual que vistas de color las flores negras
o pongas pompas de jabón
junto a las mariposas.
Tú sabes al final que algo de ti
que es puro lo has vendido.
Y sabes que por eso la vida es menos clara
y que algo de tus manos
no puede acariciar sin dejar mancha.
Y sientes que ya nada que te den te alimenta
ni ves en las miradas la luz de la inocencia.
Huir de uno mismo es ya huir para siempre
y notar que la vida se rompe entre tus piernas.
Y Allah conoce aquello
que habita el corazón.


4-113

Muchas de sus conversaciones secretas no encierran ningún bien. Pero no es así quien manda dar con generosidad, actuar según lo reconocido o reconciliar a los hombres. A quien haga eso, buscando el beneplácito de Allah, le daremos una recompensa enorme.

XX

La lengua es una espada que hiere con palabras.
Si algo nos hace grandes
es su poder secreto.
¿Acaso hay algún otro ser que pueda contarnos
lo que pasó en su mente,
lo que hizo en otro tiempo,
lo que desea hacer?
El guerrero que la usa con honor y limpieza
deja libre el camino para andar con largueza.
Pero a quien la denigra
en su acero oxidado crecen pústulas y anda
por veredas oscuras donde los yerbazales
siempre enredan sus pasos.


4-132

Si quiere, ¡hombres!, os suprimirá y traerá a otros; Allah tiene poder sobre todas las cosas.

XXI

¿En qué se basa vuestro orgullo,
oh, jactanciosos pavos reales?
¿Acaso no habéis visto
ciudades poderosas sucumbir
al soplo inesperado de un tifón,
al temblor de la tierra, a lluvias incesantes
y a un agua que avasalla sin orden ni perdón?
¿Acaso no estudiasteis los choques imprevistos
con astros singulares?
¿No dicen vuestros cálculos que puede que un invierno
o un verano muy largos asolen vuestros campos,
inunden vuestras calles?,
el jactancioso canta y muestra su poder
con máquinas de muerte y amplios escaparates.
Pero no puede nada si llega el huracán,
si la lava lo arrastra,
si la montaña estalla y cae sobre él.
Y vuestras mismas máquinas sin corazón un día
os pueden devorar.


5-107

¡Vosotros que creéis! Preocupaos por guardaros a vosotros mismos. Nadie que se extravíe podrá perjudicaros si estáis guiados. A Allah habréis de volver todos y os hará saber lo que hicisteis.

XXII

Si me duele que pierdas la ocasión de vivir
la infinita alegría de sentirte feliz
no es por mí. Yo no pierdo.
Es por ver que tu mano
se desliza y el cuerpo
que cuelga del abismo
se hace pesado y torpe; rompe tu corazón.
Yo me asiento en la tierra,
piso con paso firme con la Luz que me guía.
Tus aceitados dedos no me van a arrastrar.
Yo te ofrezco del agua
clara del manantial.
Si no la quieres, bebe
de cualquier lodazal.
Y si es que me entristezco
de verte con la angustia mordiéndote en el vientre
no es por mí. Te lo digo.
Es tan sólo por ti.


6-19

Él es el Dominante sobre Sus siervos, el Conocedor de lo más recóndito.

XXIII

¿Habéis mirado ya la partícula ínfima,
la primera partícula, el origen de todo?
¿Y es partícula o no?
¿Está aquí o está allí?
¿Cuál es la incertidumbre?,
¿cuál el ojo que observa?
¿Habéis medido ya
la velocidad punta?;
¿corre más que la luz?,
¿ha llegado de un púlsar
misterioso y lejano?,
cuando piensas en ella
¿está ella pensando dentro de tu cabeza?,
en la materia oscura ¿es ella quien se mueve?
¿Qué nos dirá después la próxima teoría?
¿Los fantasmas existen? El ectoplasma ¿qué es?,
si la autosugestión cura, ¿sirve o no?, ¡que no cure!
Y decidme: ¿Ya sabéis
la próxima pregunta?


6-33

La vida de este mundo no es más que juego y distracción, pero la morada de la Otra Vida es mejor para los que se guardan.¿No vas a razonar?

XXIV

Apenas un paseo
el paso por el mundo…
¡Y qué hermoso paseo!,
¡qué regalo tan grande cuando la nieve cae
y en los miles de copos no hay dos que sean iguales!
o cuando entre las hojas
te das cuenta que hay una
que en realidá es insecto…
Pero contempla bien;
nuestro marco es el tiempo
y en él lo bello es triste
porque siempre caduca.
Más allá del paseo,
de la hermosa ribera,
de los frondosos árboles,
de los rostros más lindos…,
más allá está el misterio
y él sólo es accesible
al corazón tranquilo,
al corazón sereno,
el corazón que, puro,
pulió todos los granos
que empañan el cristal.



6-44

¡Si se hubieran humillado cuando les llegó Nuestra furia! Sin embargo sus corazones se endurecieron y el Shaytán hizo que les pareciera hermoso lo que hacían.

XXV

El huracán deshizo
su castillo de arena y dijeron:
lo haremos de hormigón.
Llegaron los tsunamis
arrancando cimientos. Dijeron:
con barreras podremos detenerlos.
El terremoto, entonces,
arrancó las paredes,
hizo grietas, montañas
enteras se cayeron.
Dijeron: no hay problema,
pondremos detectores,
materiales elásticos,
ultracompactación…
Y una furia de fuego
asoló su soberbia
con desiertos de arena,
volcanes, explosiones…
torrentes de fragor.
Y, hundidos en el fango,
quemados, destruidos, impotentes…,
caídos, dijeron:
Y fue hermoso
todo mientras duró.


6-60

Él tiene las llaves del No-Visto y sólo Él lo conoce; y sabe lo que hay en la tierra y en el mar. No cae una sola hoja sin que Él no lo sepa ni hay semilla en la profundidad de la tierra ni nada húmedo o seco que no esté en un libro claro.

XXVI

Ayer era mañana.
Mañana será ayer.
Y hoy ni siquiera es hoy
mientras lo estoy diciendo,
pues era y ya pasó…
Descubriréis los miles
de seres del catálogo
que nunca ha de acabar. Y habrán surgido otros
y en un rincón oculto algunos se reirán.
Me explicaréis fenómenos que vuestros aparatos
ya pueden registrar.
Y habrá una nueva sombra que surja de la nada…
¿De la nada? Un libro
que siempre estuvo escrito ya los reconocía.
Ayer era mañana.
Mañana será ayer.


6-66

Di: Él tiene poder para enviarnos un castigo desde lo alto o bajo vuestros pies o confundiros en sectas y hacer que unos probéis la violencia de otros.
Observa cómo aclaramos los signos para que puedan comprender.

XXVII

No los pudo destruir el terremoto.
Ni el agua enloquecida.
Ni el viento cuando aúlla.
Ni el fuego que corroe.
Eran duros
y secos
y temibles.
Y la astucia tramposa
y la simulación
les sembró la discordia,
dividió las familias,
puso el odio en la sangre
más veloz, más terrible
que el incendio que arrasa
o que la inundación.
Una vez divididos
sangre llama a la sangre,
muerte llama a la muerte…
Y no hay otro final
que la desolación.



6-104

La vista no Le alcanza, pero Él abarca toda visión; Él es el Sutil, el Conocedor de lo más recóndito.

XXVIII

¡Mirad el arco iris
que esplende bajo el cielo
y la lluvia que riega los campos
y a la tierra hace feraz!
¡Mirad el vuelo errante
que toman las gaviotas
y las nubes que pasan
y nunca hicieron cálculos
y saben dónde van!
¡Mirad los ojos húmedos
de la persona que amas
y el corazón que tiembla
como un pájaro herido
cuando la ves llorar!
¡Mirad la yema exacta
que brota de la tierra
y luego se hará tallo
y rama y hasta flor!
¡Mirad la fruta grana,
sazonada de néctar que estalla entre los dientes
llenándote la boca de exquisito dulzor!
¡Mirad el cuerpo ardiente
que besas y deseas! Y todo eso es Allah.
Y después de la muerte
lo que no te imaginas.
También eso es Allah.
Y Él te imagina a ti.


6-124

Y así mismo hemos hecho que en cada ciudad sus malhechores fueran algunos de sus hombres más notables para que maquinaran en ellas. Pero sólo maquinan contra sí mismos sin darse cuenta.

XXIX

Has tenido el poder y has gobernado
buscando más tu nombre que el servicio,
más el sometimiento que el honor,
más cabezas serviles que corazones libres
y así has alimentado ejércitos de sombras
que te halagan y sirven como perros domésticos.
Ya tienes lo buscado.
En tu maquinación nunca hubo sitio
para almas creativas y tenaces,
el espíritu libre siempre te molestó.
Tienes lo que querías.
Ahora aliméntalos y dales la bazofia
que necesitan siempre.
Y no les pidas nunca valor, fuerza ni honor.
Están domesticados
y lamerán tu mano
si les das la basura que es su alimentación.
Mas no les pidas nunca que levanten la casa
que el viento destruyó.
Si les falta alimento
sabes, sin duda alguna, que te devorarán.


7-55

Y no corrompáis las cosas en la tierra después del orden que se ha puesto en ella; e invocadlo con temor y anhelo.
Es verdad que la misericordia de Allah está próxima a los bienhechores.

XXX

Era un tiempo de flores y de frutas.
El aroma esparcía por los bosques
ansias verdes y anhelos de frescura
y morder en el fruto era delicia
y sentir cómo el zumo derramaba
por los labios su savia dulcedumbre.
Los pastores llevaban los rebaños
a los prados del valle y la montaña
y las flautas sonaban a paisajes
de dulcísimas nubes en el aire.
Pero luego llegaron los doctores
con sus locos lebreles y sus batas
y dijeron a coro con sus dueños:
“Todo esto es antiguo y desfasado”.
Y cambiaron las flores y los frutos
que adaptaron a tubos y vitrinas
y en los altos rebaños ya no hubo
ni el balido de siempre ni la lana
que abrigaba el invierno en la montaña.
Y en su afán de conquista y de dominio
y en su sed de renombre y de avaricia
cosecharon mil monstruos con caretas
de sonrisa postiza y de impostados
maquillajes. Pero ese cuerpo enfermo
fue al final decadencia
y pasto del gusano y de la corrupción.


7-147
Y los que niegan la verdad de Nuestros signos y el encuentro de la Última Vida, sus obras serán inútiles. ¿Y es que acaso se les pagará por otra cosa que no sea por lo que hayan hecho?

XXXI

Conquistaron los cielos y la tierra,
los mares y las cuevas.
¿No los veis?
Sus cacharros eran altos y veloces…,
de figuras galanas, poderosas…
Y ahora duermen el sueño de los siglos
en chatarras con óxido y grasientas
polvaredas de musgo y de cochambre.
Conquistaron países, continentes…,
a su paso las gentes se humillaban.
Y poblaron ciudades con estatuas
para gloria y renombre de sus hechos.
Pero hoy son figuras desgastadas,
piedras rotas que ensucian las palomas,
nidos sucios de tierra y de excremento
y ni el viento respeta su memoria.
Descubrieron palabras y vacunas,
aparatos, medidas, teorías…,
estudiaban sus vidas y adoraban
el misterio y poder de sus secretos.
Pero hoy, detrás de ellos, sólo hay nada.
Esa misma en la que sí creían
y el azar que, ciegos, adoraban
los borró de su lista y sus acciones
son los granos de Nada, que no pesan.


7-204

Y mientras el Corán se esté recitando, prestad atención y callad, tal vez obtengáis misericordia.

XXXII

He llorado con música de Mahler.
Me he exaltado con música de Wagner.
La alegría se ha hecho en mí escuchando a Mozart.
He flotado en el aire oyendo a Bach,
he tocado el misterio oyendo a Falla,
con Tchaikovsky he temblado de emoción,
he empujado en el aire con Behetoven.
Verdi, Grieg o Berlioz tocaron mi alma…
Pero nunca he sentido el Infinito
trastornarme, agitarme, hacerme daño
y a la vez ensancharme con tal fuerza
que me lleva más allá de mí
mas que cuando el Corán se hace palabra
toma cuerpo y es sonido recitado
y un Silencio de siglos se hace forma,
se hace puente entre el Tiempo y el No-Tiempo,
se hace llave de puertas que se abren
a un Destino de Luz inescrutable.
He sentido la música arrancarme
un pedazo del alma cuando suena.
Pero estar con mi alma y fuera de ella
y sentirme ser onda entre las aguas…,
cuando escucho la forma revelada
palpitando con ritmo en Su Palabra.




9-34

¡Vosotros que creéis! Es cierto que muchos de los doctores y sacerdotes se comen la riqueza de los hombres por medio de falsedades y apartan del camino de Allah. A los que atesoran el oro y la plata y no lo gastan en el camino de Allah, anúnciales un castigo doloroso.

XXXIII

Las cortes y los palacios son vuestros aliados.
Las riquezas y la tierra,
si podíais, os lo apropiabais.
Atesorasteis el oro
y en construcciones gigantes
lucisteis vuestro poder.
Y son vuestras propiedades
inmensas y los gobiernos
os consultan y os temen.
Pero en los corazones
de la gente que os sigue
cada vez estáis más lejos
y aunque os dicen ser vuestros
ni os creen ni os respetan.
Sois la máscara de barro.
Sois el becerro de oro.
Vuestro báculo lo toman
como cayado de risa
y con el mismo sistema
que os apoya, caeréis.


10-24

La vida del mundo se parece al agua que hacemos caer del cielo y se mezcla con las plantas de la tierra de las que comen hombres y ganado. Y cuando la tierra ha florecido, se ha embellecido y sus habitantes se crecen con poder sobre ella, viene entonces Nuestra orden de noche o de día y la dejamos lisa como si el día anterior no hubiera sido fértil. Así es como explicamos los signos para gente que reflexiona.

XXXIV

Si te jactas de tus casas, de tus tierras,
de tus coches, de tu oro…,
no te jactes, pues mañana
tal vez venga el terremoto o la crisis
o una revuelta o un periodo
de clima que arrase todo.
Si te jactas de que puedes
mandar sobre miles de hombres,
ordenar que hagan castillos
o construyan catedrales, no te jactes,
pues mañana ha de venir el desastre
que todo lo asolará.
Y si te jactas acaso
de ser fuerte, grande, guapo…,
no te jactes; que la muerte
te está esperando y se ríe.


10-34

Di: ¿Hay alguien entre ésos que asociáis que haya originado la creación y la repita de nuevo?
Di: Allah origina la creación y después la repite de nuevo. ¿Cómo podéis apartaros?

XXXV

Muere la flor y otra la sustituye.
Muere el halcón y de su carne
vivirán los insectos que lleven la semilla
que fructifique en árbol que dé fruto y dé nido
al pájaro que canta y ha de ser alimento
de otro nuevo halcón.
Muere la luz del día que, derramado,
con el sol que declina se hace sangre y dolor
y con la noche llegan los sonidos del búho
y brillan las luciérnagas en la orilla del lago
hasta que llega el alba que los hace callar…
Hubo un big bang y puede que haya otros,
quién sabe si no hay uno en cada parpadeo
y en agujeros negros surgen los universos
como surge la lluvia y golpea el cristal.
Y tú te morirás.
Y yo me moriré.
Y no habrá terminado nada;
que Todo comenzará…


13-19

Hace descender agua del cielo y corre por los cauces de los valles según su capacidad, arrastrando espuma flotante. Y de lo que queman en el fuego para obtener adornos o utensilios sale una espuma similar.
Así ejemplifica Allah la verdad y la falsedad: la espuma se va, siendo un desecho y lo que aprovecha a los hombres permanece en la tierra. Así es como Allah pone los ejemplos.

XXXVI

A Su Clemencia se postran todos los seres de los cielos y la tierra.
Y ante Su Majestad luces y sombras,
genios y hombres, todos se postran.
Y el agua por sus cauces
y el fuego con sus llamas,
todos cantan Su Gloria.
Y no hay ser alado ni de tierra
ni del mar que no lo adore
queriendo o a la fuerza;
todos gastan su vida en hacer cosas
que a la tierra aprovecha y en espuma
que luego se evapora y es desecho,
humo que el viento se lleva y se deshace,
polvo que en la distancia se dispersa
y ni la huella deja cuando se va.



15-8
Los ángeles no descienden si no es con la verdad y en ese caso ya no habría nada más que esperar con vosotros.

XXXVII

¿Acaso esperabais ángeles alados
con caritas redondas y rizos en la frente?
¿Es que esperabais un rostro barbado y patriarcal
asomando entre las nubes?
¿Queríais oír su voz de trueno
y un ojo triangular allá en el cielo?
Las formas del No visto
no son de nuestras formas;
es inútil pensarlas con ingenuas figuras
y es cómico observar cómo creen los escritos
de charlatanes hueros de ignorante soberbia,
de esclavos satisfechos ahítos de palabras
y no creen lo que traen escrito las estrellas,
lo que cuentan los planetas en su girar radiante,
lo que la noche muestra en los claros de luna,
lo que su alma les dice cuando el silencio llega
y un temblor los acosa.


15-22

Y enviamos los vientos fecundadores, hacemos que caiga agua del cielo y con ella os damos de beber; pero vosotros no tenéis sus depósitos.

XXXVIII

¡Hombre que buscas provisión y quieres fecundar la vida!,
¡no acumules!, pues tú no tienes los depósitos,
no derroches, porque Él no ama a los derrochadores,
no corrompas; Él no quiere a los corruptores
y no temas; que Él ha puesto
las despensas con la medida exacta.
Tiene el valle el agua justa
y tiene cauces
y cada montaña tiene los árboles precisos.
Y hasta en el desierto crece
la palmera con sus dátiles.
Crece el bosque y si algún rayo prende fuego
luego crecen los retoños y todo se regenera.
¡Hombre!, que te dices dueño
y te crees dominador:
no acapares, no corrompas, no derroches,
no destruyas. En tu afán de posesión
perviertes campos, cambias climas,
maquinas tu destrucción.


16-3

Ha creado al hombre a partir de una gota de esperma y sin embargo él es un indudable discutidor.

XXXIX

Si hay que entregar una vaca,
¿la vaca cómo ha de ser:
prematura o entrada en años?
Y si es de edad intermedia,
¿de qué color ha de ser?
Y si es de color azafrán,
dinos cómo ha de ser…
La luz es onda y partícula,
¿y qué partícula es?
Y la conciencia, ¿es partícula?
¿Y qué parte de partícula
es la parte original?
Y si al final no hay partícula,
¿de qué partimos entonces?
Y la palabra, ¿en qué parte
del apartado partió?
Un lagarto evoluciona,
se hace mono y con el tiempo
es ya tan mono que habló.
La ciencia de la conciencia
es concienzuda sapiencia.
Pero, y yo digo:
¿en qué parte
la partícula adaptada
se hizo consciente y parló?
Y, en todo caso, ¿en qué idioma?
¡Que conste!, no viene al caso
ahora lo de la nación… Pero, y pregunto…
¿Cuándo, dónde y para qué?
No, pero sigo diciendo…


17-14

¡Lee tu libro! Hoy te bastas a ti mismo para llevar tu cuenta.

XL

Elegimos nuestra suerte;
quien se guía lo hace a su favor
y en contra quien se extravía.
Y, no obstante,
lo que haya de pasar, pasó,
lo que pasó, pasará
y todo estaba ya escrito
en el libro permanente
que está hecho de Eternidad.
Todo humano lleva atado
en el cuello su destino.
Y todo humano que elige
se está extraviando o se guía.
En la muerte está la vida,
la vida vive de muerte,
la materia es energía,
la energía se hace materia,
el punto es pura quietud,
pero en él todo se mueve,
la luz que camina recta
es curva aunque no lo vemos,
el ser es incertidumbre:
puede ser dos a la vez
y la certeza más grande
es la muerte; ¿y después qué?
Cada cual lleva su cuenta,
pero no cuenta ese cuento
de contar como quien cuenta
sin los dedos y al revés.
Y ha de llegar el momento
de la cuenta de verdad.
¡Lee el libro!
Tu libro…
Ya.


17-36

Y no persigas aquello de lo que no tienes conocimiento pues es cierto que del oído, la vista y el corazón, de todo ello, se pedirán cuentas.

XLI
¿Qué sabes tú de lo que habita
en un corazón trastornado?
¿Tienes acaso potestad
para saber de aquello que nos has visto,
de aquello que tu oído no comprende,
de aquello que no puedes entender?
Si Él, que es el Inmenso,
el Poderoso, el Sapiente,
también es el Clemente,
el Misericordioso,
¿quién te da a ti el poder para ser cruel,
ser inclemente,
ser incapaz de perdón?
Si ni siquiera sabes qué hay que perdonar…
Mira bien que tu lengua
no sea venenosa,
que de tu corazón surjan las rosas
mejor que las espinas,
que tu mirada tenga
la inocencia del niño
y tus manos se extiendan
dispuestas a sembrar.
No seas perseguidor. La envidia deja hierbas
y brozas por doquier.


17-37
Y no camines por la tierra con arrogancia porque no podrás traspasar la tierra ni alcanzar la altura de las montañas.

LXII

Supongamos que tuvieras
el poder sobre la tierra,
los resortes del gobierno en un
Estado mundial
o que fueras la persona
más erudita del  mundo,
el científico más sabio,
ese hombre al que consultan
en cada paso que dar.
Supongamos que tuvieras
la propiedad del planeta
y para lo que se hiciera
sobre él fuese preciso
pedirte permiso a ti.
Supongamos que pudieras
tener las casas más grandes,
las mujeres más hermosas,
la obra de arte más excelsa…
Y bien,
¿llegarías acaso
a la altura de las sierras,
podrías traspasar la tierra,
podrías abarcar los mares?
O, fíjate que sencillo,
¿podrías crear una flor?


17-80
Y di: Señor mío, hazme entrar por una entrada de sinceridad y hazme salir por una salida de sinceridad y concédeme procedente de Ti un poder que me ayude.

XLIII

Sé que las sombras habitan nuestro mundo
de luz y de tinieblas.
Puedo verlas danzando recortar su silueta
en la danza del fuego
y las siento rondarme
y estrecharme en su abrazo de calidez fingida.
Percibo sus sonrisas
que fascinan y hechizan
pero al final te dejan
sólo el sabor a herrumbre
en la boca pasmada.
Y procuro vencerlas,
aprender de su fuerza para hacerme más fuerte,
observar sus contrastes
para entender mejor.
Pero no soy tan fuerte
como para enfrentarlas tan sólo con mi orgullo.
Y te pido franqueza, oh Señor,
y te pido
un poder que me ayude
a ser libre y sincero
y alcanzar la pureza
que permita a mi espejo
reflejarte mejor.


18-45
La riqueza y los hijos son el adorno de la vida de este mundo; pero las palabras y acciones rectas que perduran son mejor ante tu Señor en recompensa y esperanza.

XLIV

A nuestros hijos vemos crecer
y luego tener hijos
y nos decimos: sigue la vida
y aunque muramos perdura en ellos
también la nuestra.
Y construimos con duras rocas
las estructuras más resistentes
pensando acaso vencer al tiempo.
Pero los hijos se van y mueren
también los nietos
y el tiempo puede con las estirpes
y de las rocas hace pedruscos
que acaban siendo polvo que el viento
se lleva y trae.
Mas las palabras que hicieron alma
y las acciones que abrieron sendas
para seguir el camino recto,
esas no saben lo que es el tiempo,
a esas la muerte no les afecta
y son las ramas de ese gran árbol
que llega al cielo
y tiene hondas raíces firmes
en una tierra
que ni los vientos pueden llevarse
ni puede el agua arrastrar consigo.


18-104
Di: Si el mar fuera la tinta para las palabras de mi Señor, se agotaría antes de que las palabras de mi Señor se acabaran; incluso si trajéramos otro tanto.

XLV

Y surgió la palabra ese día
en que el hombre fue hombre y habló
y su eco sonó en la montaña
con un brío poderoso y cortante
que a cualquiera que oía estremeció.
Y con ella llegó la conciencia
de las cosas que son
y la muerte
con su justa y lejana presencia
tan cercana a la vez, tan presente…
Y las cosas tuvieron su nombre
y a emociones que no se veían
ni podían tocarse o cambiarse
o medirse con esas medidas
que nos sirven para poder contar
les pusimos nombres como Vida,
Odio, Amistad, Soledad
o algo enorme que nos hace temblar
e inquietarnos
y nos quema y nos da luego el agua
que refresca y nos sacia la sed,
algo bello; tan bello y tan grande
que acabamos llamándole Amor.
Y el Señor nos donó las palabras
y no acaban y están todas dentro
de otra a la que llamamos Eternidad.


18-105
Di: No soy más que un ser humano como vosotros; me ha sido inspirado que vuestro dios es un Dios Único; así pues, el que espere el encuentro con su Señor que actúe con rectitud y que al adorar a su Señor no Le asocie a nadie.

XLVI

¡Y qué grande que tú seas
un hombre igual que nosotros!
¡Y qué grande, oh profeta, que Allah te conceda Su paz,
que teniendo nuestros mismos huesos,
nuestra carne y ésta, nuestra sangre,
seas el que trae el mensaje
que Él nos quiere trasladar!
Y qué grande que tu vida sea
modelo y sea guía y todos
y cada uno podamos seguirte
y amarte
como uno más de entre nosotros,
como el mejor.
Oh, Señor, dame la fuerza
y dame la claridad
y el valor y la certeza
para poder caminar
el sirátal mustakín
y para amarte y amarlo
y que nada, ni la fama ni
el poder ni la riqueza y tantos
dioses de barro
llegue a asociarlos a Ti.


20-103 y 104
 Y te preguntan acerca de las montañas. Di: Mi Señor las pulverizará por completo. Y las dejará como llanuras lisas, sin que veas ningún altibajo en ellas.

XLVII

¿Cuántas historias se tragaron
las dunas del desierto?
¿Cuántas ciudades sucumbieron
debajo de la arena?
Si los arqueólogos no paran de encontrar
vestigios de culturas prodigiosas
de tiempos que ni están en los anales…
Y sabe el astrofísico que un día
el sol detonará su última luz
y el estallido hará polvo la tierra
y los planetas.
¿No estudian los geólogos la forma
en que las montañas pierden su estatura?
¿y el físico y el químico no estudian
que de la dura roca sólo queda al final
un polvo en la llanura?
Reventarán los soles, las galaxias
colapsarán en tremenda implosión
y ya no habrá montaña
ni estrella que mirar.
¡Qué lejos está el día!, ¿verdad?
¡Qué ilusos!; pobres ciegos
que miden con su miserable regla
lo que tiene en su ser la Inmensidad.


22-11
Y hay hombres que adoran a Allah como al borde de un precipicio; si les viene un bien se tranquilizan con ello, pero si les viene una prueba cambian de cara perdiendo esta vida y la otra. Esa es la auténtica perdición.

XLVIII

Muy fácil es creer si se hace sólo a cambio,
como quien mercadea favores
a cambio de oración.
Pero mi corazón Te ama sin condiciones,
se entrega a Ti y se humilla,
la cabeza en la tierra,
y te agradece tanto lo que le es agradable
como lo que le prueba
y le obliga a luchar.
¿Cómo, si no, podría hacerme fuerte?,
¿cómo, si no, entender
este mundo de opuestos?
Pero si hasta el amor,
que es la fuerza más grande,
no puede subsistir sin las heridas
y hasta la madre trae con dolor
su mayor regocijo.
Siempre te alabaré, Señor. Y siempre
te amaré. Incluso en la derrota.


22-71
¡Hombres! Se os pone un ejemplo, prestadle atención: Los que invocáis fuera de Allah no serían capaces ni de crear una mosca, aunque se juntaran para ello. Y si una mosca les quitara algo no podrían recuperarlo.
¡Qué débil buscador y qué débil buscado!

XLIX

¡Eh!, doctor Frankenstein,
¿creaste tu bacteria de la nada?,
¿lo conseguiste al fin?
Y…, ¿de la nada?,
¿qué cadenas mezclaste?,
¿de dónde el ADN que bordar?
Y la carcasa, ¿qué era?
¿Y tu laboratorio?
¿O manejas la Nada con guantes sanitarios
y pinzas de cristal?
Bien, ¿has logrado un nombre?
Y tu bacteria ahora, ¿cura la enfermedad?,
¿o puede provocarla?
¿Qué hará ese nuevo monstruo,
tendrá un amigo ciego
o tal vez lo cegará? ¡Cuidado con las moscas!
Vale…, ahora, maestro,
ayúdate con otros, asóciate a otros dioses
además de la Nada, además del Azar,
además de las piezas de tu laboratorio
y así, con manos limpias,
cread una mosca.



23-84
(Decían) Ya se nos amenazó con esto a nosotros y a nuestros padres antes, pero no son más que patrañas de los antiguos.

L

Nada quieren saber
de que el agua se pudre y los bosques
se acaban,
de que la Tierra, herida,
se desangra en los mares
y que hasta el cielo pierde
su color y su fuerza.
Nada quieren saber
de una vida que ama el honor,
la nobleza inocente de un corazón sin trampas.
Y si hablas de amor,
de lealtad o les nombras el alma
enseguida sacuden sus cabezas
y dicen:
cosas de los antiguos.
Pero luego sus días se retuercen
y muerden
en sus noches atroces soledades
y sienten
el vacío en sus vientres
tan haítos de espuma
y no encuentran la luz,
ni amistad, ni ternura
y los come un dolor que no entienden,
cuando no los embota el alcohol
o el ruido atormenta su espíritu
que, a pesar de ellos, busca con añoranza
esas cosas de antiguos.


24-35
Allah es la luz de los cielos y la tierra. Su luz es como una hornacina en la que hay una lámpara; la lámpara está dentro de un vidrio y el vidrio es como un astro radiante.
            Se enciende gracias a un árbol bendito, un olivo que no es ni oriental ni occidental, cuyo aceite casi alumbra sin que lo toque el fuego. Luz sobre luz. Allah guía hacia Su luz a quien quiere.
            Allah llama la atención de los hombres con ejemplos y Allah conoce todas las cosas.

LI

¡Luz sobre luz!
Ardiente corazón brillando en una estrella…
Árbol bendito que te extiendes del este hasta el oeste…
Olivo cuyo aceite alumbra sin llama…
¡Escucha la llamada del viento entre sus ramas!
Su luz te hará a ti luz.
Aceite bendecido.


24-38
Y los que se niegan a creer, sus acciones son como un espejismo en un llano; el sediento cree que es agua hasta que al llegar a él no encuentra nada; pero sí encontrará a Allah junto a él, que le retribuirá la cuenta que le corresponda. Allah es Rápido en llevar la cuenta.

LII

Levanta tus castillos
de luces y cartón.
Da igual la roca que uses,
todos son cartón-piedra.
Ordena tus esquemas,
rellena bien tus fichas…,
el parque de atracciones tiene que funcionar.
Pero al final del día,
cuando la noche se haga,
en el oscuro vientre
de un cielo sin estrellas
todo se apagará.
Y ese poder soberbio
que arrogante lucías
será como espejismo que la noche tragó.
La sed que te consume
necesita otra agua.
Tu parque de atracciones
no te la puede dar.


24-39
O son como tinieblas en un mar profundo al que cubren olas sobre las que hay otras olas que a su vez están cubiertas por nubes. Tinieblas sobre tinieblas. Cuando saca la mano apenas la ve. A quien Allah no le da luz no tendrá ninguna luz.

LIII

¿Y qué luz dejaste aquí?
¿Cuál fue tu huella?
¿Un nombre que adorar?,
¿acaso alguna herencia
que es pasto de gusanos?
Sobre tu calavera
un festín de lombrices se retuerce hecho bola.
Y aquellas inscripciones
que había sobre tu lápida
la lluvia las borró.
Después vino la tierra.
Tu lápida no está.
Tu nombre, por un tiempo,
iba de boca en boca.
Ya nadie te recuerda.
Apenas queda gente que pueda recordar.
Tiniebla entre tiniebla.
Saca tu mano y mira.
Hay sombra sobre sombra
y sobre ellas un mar.
¿A quién recurrirás?


24-43
Allah creó todo ser vivo a partir del agua; y de ellos unos caminan arrastrándose sobre su vientre, otros sobre dos patas y otros sobre cuatro; Allah crea lo que quiere, es cierto que Allah tiene poder sobre todas las cosas.

LIV

Los fósiles demuestran
que del agua provienen
anfibios y reptiles,
las aves, los mamíferos…,
que la vida en la tierra
cambió según los tiempos.
¿A qué tanto revuelo?
Allah ya lo había dicho…
Pero ningún espíritu
deja su huella fósil.
Ni el alma.
Y la conciencia
convertida en palabra
tampoco dejó huella
de piedra entre la tierra.
¿Acaso cuando pasen
los siglos y los siglos
quedarán en un sitio
fósiles del amor?
Lo que vive en el alma,
si no cabe en palabras…,
¿en qué roca cabrá?


25-43
¿Qué opinión te merece quien hace de su deseo su dios? ¿Vas a ser tú su guardián?

LV

Una mujer. Después otra.
O un hombre tras otro hombre…
Un cuerpo detrás de otro…
Pero nunca es bastante.
Una comida… Y otra…
Un placer y otro placer…
Un gozo tras otro gozo…
Pero nunca es bastante.
Y conforme los días pasan
los sentidos se le embotan
y hay que buscar otra cosa,
y luego otra y otra y otra…
Pero nunca es bastante.
La droga de los sentidos
es al principio gozosa;
luego el tedio y la rutina
acaban por convertirla
en una necesidad.
Y con ella está la angustia
y la ansiedad con sus dientes
royéndote el corazón.
Pero qué lejos la luz
y la armonía y la alegría
de estar pleno.
Pero qué lejos el gozo que, al final,
se disipó. Y qué poco queda entonces.
Y qué inmensa soledad…


25-45
¿Es que no ves como tu Señor extiende la sombra y que si hubiera querido la habría hecho inmóvil? Y hemos hecho que el sol la muestre.

LVI

¡Mira un corazón que es noble
perderse en la debilidad!
Y mira ese otro que es fuerte
y gasta su fuerza en maldad…
Y uno pregunta: ¿por qué?
Y ve a niños inocentes
que mueren de hambre y conflictos
y a pueblos que, masacrados,
se destruyen, impotentes…
Y tierras llenas de vida
que se rompen y declinan…
Y la sombra avanza infausta
tragándose zonas blancas…
¡Y la sombra!, ¡que no es nada!,
sólo es ausencia de luz…
Y siempre hay quien pregunta:
¿por qué?, ¿para qué todo esto?
Como si nosotros fuéramos
quienes disponen la vida.
Pero Allah en su Majestad
es El que sabe. Y el sol,
a lo lejos, abre un cielo
de luminarias y extiende
una luz que es tan brillante
que la tierra reverdece,
los niños viven y ríen. Y el corazón
que lo quiere saca fuerza en su nobleza.


25-53
Él es Quien ha hecho confluir los dos mares, uno dulce y agradable y otro salado y salobre. Entre ambos puso un espacio intermedio y una barrera infranqueable.

LVII

¿Lo visteis ya?
¿Vuestra cápsula
comprobó que era verdad?
Pues ahí está y es lo que es
y es un símbolo también.
Que confluyan
lo dulce y lo salado
pero no puedan mezclarse.
Y que haya más de salobre
y lo dulce sea agradable.
Y que tantos no creyeran
lo que Él dijo
y lo vean.
Y que se pueda nadar
de una a la otra orilla
y haya un espacio intermedio,
pero no cabe la mezcla.
Una barrera lo impide.
Y haya constelaciones
y una lámpara. Y la luna
luminosa.
Y que creó un ser humano
a partir del agua y luego
le dio pareja y linaje.
Y de una gota de esperma
salga un nuevo ser humano.


25-72
Los que no prestan atención a la mentira y cuando pasan junto a la frivolidad lo hacen con nobleza.

LVIII

Bien sé que hay mucha
vileza y aún más mentira.
Y sé que muchos malgastan
sus vidas en tonterías.
Mas, si no puedo cambiarlos,
¿qué puedo hacer sino oírlos
como quien oye llover?
Sus palabras son ruido,
sus acciones son vapor,
humo que el viento se lleva.
Sus vidas son como ríos
que se pierden entre riscos
y nunca llegan al mar.
Si les hablas, no te escuchan.
Si les amas, les da igual.
No vale la pena estar
perdiendo el tiempo y la vida
en prestarles atención.
Ellos solos, si lo logran,
saldrán del fango a las aguas
más claras y más bravías.
Nada ganaré entregándome
al fangal para estar cerca.
Nada ganarán teniéndome
enterrado en el fangal.
El canto de las alondras
llama a quien lo quiere oír.



26-222,223 y 224
Así como sobre los poetas a los que siguen los descarriados. ¿Es que no ves como divagan en todos los sentidos? ¿Y que dicen lo que no hacen?

LIX

Nada hay tan sagrado para el hombre
como el mágico don de la palabra.
Que sólo decir: agua,
y uno siente el rumor
del mar y de los ríos.
Cuídala bien, poeta,
tú que tienes el don
de su poder corriendo por tus venas.
Cada vez que la usas
el mundo se acompasa al ritmo de sus letras.
No la tires al cieno.
No divagues en cosas
que malgastan el tiempo y pudren los rincones.
No te mientas
ni mientas. En tu corazón crecen
aulagas venenosas
cuando las desperdicias
y la ciénaga se hace
a tu alrededor selva;
jungla donde la broza
ahoga la simiente.


30-29
Mantén tu rostro sin apartarlo de la Adoración primigenia, como hanif. La fitra (marca original) de Allah, con la que ha marcado a los hombres al crearlos. No se puede reemplazar la creación de Allah. Esa es la forma de Adoración genuina; sin embargo,  los hombres, en su mayor parte, no saben.

LX

¿Puede alguien dejar de ser lo que es?,
¿cambiar su esencia, romper el molde de hombre?
Todos nacemos siendo humanos
y nuestro corazón lo sabe
y siente la llamada genuina y primigenia.
Cada comunidad buscó siempre la luz
y tuvo a sus profetas.
Y siempre hubo también quien destruyó
la savia natural poniendo en su lugar
veneno y decadencia.
Mantente, corazón,
tan libre e inocente
como las altas aguas que, arriba de la sierra,
rompen por las cascadas y desparraman vida,
lejos de la basura y de la corrupción.


30-53
Allah es Quien os ha creado de debilidad y después de ser débiles os ha dado fortaleza y después, tras haberla tenido, os da debilidad de nuevo y vejez. Él crea lo que quiere y es el Conocedor, el Poderoso.

LXI

Suben las aguas y crecen las mareas…
Retoña el árbol; del huevo sale el pollo.
Y todo crece y adquiere poderío.
Mira la fuerza que rebosa
en tus jóvenes carnes,
la turbación que arrastra como el agua
que rompe en torrenteras.
Y miras al anciano que apenas si se vale;
como a un niño indefenso
lo tienen que llevar…
Qué lejos que lo sientes;
quizá hasta lo desprecias.
Y sin embargo pronto…,
Muy pronto tú estarás
tan viejo como él.
Y no valen afeites ni trucos
ni comidas
ni cirugía y trasplantes.
Al tiempo no lo engañas.
Engañarás a ingenuos,
te engañarás a ti…,
  pero…, ¿por cuánto tiempo?


30-59
Ten pues paciencia porque en verdad la promesa de Allah es verídica. Que no te inquieten los que no tienen certeza.

LXII

¿Acaso ha de inquietarme
que no tenga la angustia
del que todo desea?,
¿que no tenga el hastío
del que ya nada espera?
¿Qué pueden ofrecerme
los pedantes soberbios
que sólo mascan humo
o el ansioso que, esclavo
de compulsiones varias,
no para de buscar
sin saber lo que busca?
Hasta el león más insigne
cuando vive enjaulado
por mucho que le pongan,
por más que le regalen
nunca tendrá aquel brillo
que tuvo en la mirada.
Y sé que si me fallan
los planes y los éxitos
parecen no llegar,
siempre estará el camino,
los bosques y los ríos,
los montes, los desiertos,
la arena de las playas
y el agua de la mar.
Y, pase lo que pase,
Allah no fallará.



31-17 y 18
Y no pongas mala cara a la gente ni andes por la tierra con insolencia, pues es verdad que Allah no ama al que es presumido y jactancioso.
Sé moderado al caminar y baja la voz, pues ciertamente la más desagradable de las voces es la del asno.

LXIV

El pájaro más bello
se oye en la distancia.
Sus trinos son suaves;
por eso tan hermosos.
El estruendo del grajo,
el ruido de los cerdos,
el ladrido del perro
inquieto e inestable
¿quién puede soportarlos?
Los que menos sustancia
tienen en sus palabras
las defienden gritando
y el que se sabe poco
extiende sus plumajes
como hace el pavo real.
La tozudez del asno
se afianza en sus rebuznos;
pero el caballo blanco,
pero el caballo negro…,
levantan sus estampas
y echan a galopar.


32-4
Los asuntos que decreta bajan desde el cielo a la tierra y luego ascienden a Él en un día que equivale a mil años de los que contáis.

LXIV

Pasaron cientos de años
perdidos en la arena,
deambulando sin rumbo,
hambrientos y con sed.
Y cuando consiguieron
un manantial y tierra
los vergeles surgieron
y a todos parecía
que todo empezó ayer.
Y hubo quien indagaba
una explicación que dar.
Pero el tiempo de los hombres
no es como el Tiempo de Allah.
Desde que su corazón
notó que andaba buscando
la luz de la eternidad
pasó un año y pasó otro
y la vida se mecía
en insulso carnaval.
Y otro año se gastaba
dejando en sus manos viento
y en su alma la oscuridad.
Cuando lo encontró, decía:
¿Cómo, si siempre lo tuve,
no paraba de buscar?
Pero el tiempo de los hombres
no es como el Tiempo de Allah.



32-11
Di: el ángel de la muerte, que está encargado de vosotros, os tomará; luego volveréis a vuestro Señor.

LXV

Cuando el ángel de la muerte
llame a mi puerta,
Señor:
concédeme gallardía
y la dignidad serena
del que sabe que se va,
pero que todo comienza
y sabe que le ha llegado
la Hora de la verdad.
Concédeme ser valiente
y que enfrente sin angustia
la niebla del más allá.
Concédeme que en el polvo
de estrellas yo sea otro brillo
y al perderme en la distancia
sea luz sobre la luz.
Concédeme que en la música
del Cosmos sea nota armónica
y en la voz de las galaxias
un matiz de su grandeza.
Concédeme ser espíritu
libre que se extiende y crece
y que el ángel de la muerte
cuando me extienda sus manos
tenga en su sonrisa el halo
de la  plenitud gozosa.
Amén.


35-15
¡Hombres! Vosotros sois los que necesitáis de Allah mientras que Allah es Rico, en Sí mismo alabado.

LXVI

En nada perjudica
a Allah quien es blasfemo.
Se hace daño a sí mismo.
¿Acaso necesita
que sus criaturas cubran
necesidades de Él?
Él las pone y las quita;
cualquiera de nosotros
puede faltar un día y nada pasará.
¿Es que se para el mundo
cuando algún poderoso
se ha muerto y ya no está?
Su Recuerdo para Él
no es preciso. Y sabe
que está ahí y Es como Es.
Mas nosotros vivimos
y morimos; gozamos
y sufrimos; crecemos
y menguamos; nuestro mundo es hermoso
y terrible; y los hombres
somos seres gloriosos
y también miserables.
Y si todo se debe
a un puro desatino, ¿para qué la existencia?
Él no nos necesita.
Pero nosotros sí a Él.


39-29
Tú morirás y ellos morirán.

LXVII

¡Y qué verdad tan grande
la Muerte
y qué dama tan justa!
O, dime, jactancioso:
¿podrás tú torearla?
¿Lo pueden vuestros tubos,
científicos insignes?
¿Lo puede vuestro oro,
enriquecidas gentes?
¿Lo pueden vuestros cetros,
oh, reyes poderosos?
¿Vuestras armas lo pueden,
invencibles guerreros?
¿Lo pueden vuestras leyes,
políticos audaces?
¿Puede vuestra belleza,
modelos sin igual?
¿Vuestras teorías lo pueden,
ay, sabios eminentes?
¿Vuestras máquinas pueden,
tenaces ingenieros?
¿Pueden vuestras palabras,
oh, poetas y artistas,
vuestras obras lo pueden?
¿Vuestros rezos lo pueden,
piadosos sacerdotes?
¡No! Nada podrá evitarlo…
¡No! También te alcanzará.
¡No! No habrá engaño posible.
¡No! El fin te igualará.
Nadie podrá evitarlo:
Tú morirás y ellos morirán.


39-29
Allah se lleva las almas cuando les llega la muerte y se lleva las que aún no han muerto durante el sueño, para luego retener a aquellas cuya muerte decretó y devolver a las demás hasta que cumplan un plazo fijado; realmente en eso hay signos para la gente que reflexiona.

LXVIII

¿A qué lugar de luz
o qué lugar de sombra
va nuestro espíritu cuando soñamos?
¿Quiénes son los que vemos?,
¿por qué lugares vaga
nuestra alma viajera?
Montañas de esplendor
con azules cascadas,
ciudades con las calles
que tal vez conocemos,
saltos para volar
sobre árboles soberbios,
animales extraños,
cosas que cobran vida…,
seres que nunca vimos…
Y alguien que vio una luz
y alguien que oyó una voz…
Tierra de vastos campos
de flores exultantes y ejidos desolados…
La caravana extraña continúa el camino…
¡Despierta, corazón! Aún no llegó tu hora.


41-48
El hombre no se cansa de pedir lo bueno; pero si el mal le toca se queda abatido, desesperado.

LXIX

De pie, frente a las rocas,
mirando cómo las bate el mar,
roto el espíritu, abatido el pecho,
el hombre siente que se desgarra,
que el tiempo es lava que, hirviente, arrastra
como un papel su desolación.
¿Y qué pasó, su vida se acaba,
vistió de luto la Eternidad?
No, un leve golpe de mala suerte,
algo que pierde, una derrota…,
algún proyecto que no alcanzó…
y, de repente, todo es absurdo,
la vida es sólo un remolino de frustración.
No sabe que ese fracaso es puerta
de un venidero descubrimiento,
que esa pérdida de algo que amaba
le hace una herida que cuando cure
será una costra de resistencia,
un ojo nuevo con el que puede
mirar lo que otros no pueden ver.
No sabe que a veces Él para darte,
quita
y a veces para quitarte, da.
Y pidió tanto y tanto lograba
que ahora no sabe que ha de perder
para aprender que el dolor enseña
cuando se tiene serenidad.


50-16
Hemos creado al hombre y sabemos lo que su alma le susurra. Estamos más cerca de él que su propia vena yugular.

LXX

En el silencio de la tarde,
mientras el sol declina,
¿qué viene a mí y deja inquieta
mi sosegada alma?,
¿quién susurró el deseo?,
¿qué extraña voz me conturbó la calma?
Y nadie tengo alrededor.
Todo es paisaje dulce y nemoroso;
suenan los violines.
¿Qué oscuridad se agita entonces
en un rincón que busca en mi interior
y hace que algo me apriete el corazón
y la respiración se altere y se haga brusco
el tenue rosicler que deja el día
cuando, quedo, se va?
Óyeme Tú,
que estás más cerca de mi sangre que yo mismo…
Oye mi ruego y dame la estación
de luz de y de coraje,
dame la fuerza para ver
y el corazón para enfrentar la sombra
y abrir ese portón de claridad
que necesito.
Dame el amor sereno e indomable…,
la luz de tu calor.
El fuego amable.


50-19
Y vendrá la embriaguez de la muerte con la verdad. Eso es de lo que huíais.

LXXI

No parabas de correr.
Tus risas eran
locos caballos desbocados
huyendo una vez más de no se sabe qué.
Y cuando no bebías
contabas chistes
y luego te tomabas la pastilla, el subidón
y después otra para la caída
y, a veces, una más si la resaca
era algo más que un temporal.
Y nunca te parabas a pensar
de qué era tanto huir,
qué querías olvidar, de qué no darte cuenta…
¿Tal vez de que querías olvidar?
Nunca estuviste cerca del Recuerdo.
Huir era tu vida. Nada más.
Y a una embriaguez seguir con otra.
Y un no parar por si el silencio
te hacía alguna pregunta
que podía incomodar.
Ya se acabó. Vino por fin
otra embriaguez;
la de la muerte. Y esta vez
ya no podrás huir.
La última pregunta
no cabe en el olvido
y te ha de golpear.


51-56
Y no he creado a los genios y a los hombres sino para que Me adoren.

LXXII

Briega el topo cavando galerías
en busca de alimento y de guarida.
El caimán nada buscando entre las aguas
sus presas y su nido.
Vuelan las aves, cruzan el horizonte
en busca de otro sitio en que seguir la vida.
Los peces de la mar, los tiburones…,
nadando sin cesar
y todos en parejas bajo la solidez del cielo.
Y el hombre, en su conciencia,
Jalifa de la tierra de todo reflexiona,
todo puede llenar de plenitud
la hendidura abierta que en su corazón
añora la existencia en la Unidad perdida.
Allah era un tesoro oculto
que quiso ser conocido
y fruto de Su Secreto
surgió el tiempo y la vida.
¡Qué ilusos quienes pretenden
ser los dueños de la herida!
Con sus técnicas descubren
apenas sombra tupidas
pero lo que hay tras el velo
¡qué lejos se lo imaginan!
¡Y tanta lucha insensata
y tanta briega perdida!
Si somos sólo una onda
que en el Mar y por Él brilla.


52-39
¿O tienen delante el No-Visto y pueden tomar nota?

LXXIII

¡Y qué dichosa sustancia
la de la materia oscura!
¿Y los otros universos?
¿Y a dónde demonios va
la luz por el agujero
negro?, ¿qué hay más allá?
Y…, si no hay allá, ¿qué pasa
con la constante…, esto, cómo era?,
¿de Planck?
¿Y los quads?,
¿a dónde leches se marchan?
Por el cielo de mi patio
cruzó una estrella fugaz
y Sirio ya se ha alineado
con el cinturón de Orión…
¿Estalló una supernova?,
¿o se nubló mi visión?
Por el filo de mi brazo
he sentido un refilón…,
¿es un alma, es un espectro,
un mecanismo mental?
Los que estuvisteis al borde
de la muerte, por favor,
contadme qué estabais viendo
en el momento fatal…
¿Tiene alguien una lámpara
que alumbre aunque no haya gas?


53-14,15,16
Junto al Loto del límite. A cuyo lado está el Jardín del Refugio. Cuando al Loto lo cubrió lo que lo cubrió.

LXXIV

¡Ríos de miel, dorados como el oro,
brillando por el valle encendido de flores!
¡Árboles telúricos
con las ramas cargadas
de frutos restallantes y pájaros divinos!
¡Alas multicolores
de enormes mariposas que paran en las manos
y posan su elegancia
en el verde alumbrado!
¡Perlas de fuego y hielo
en cuyos resplandores
el fulgor de las rosas
se recrea en espiral!
¡Y caballos alados
en los que la cintura
es collado de nieve
y sus crines son niebla
que el viento hace jirones!
¡Oh, Jardín del Refugio,
más allá de los límites,
donde el tiempo no existe
y esto que son imágenes
y palabras no sirven!
Allí todo Es porque Es. Y no está.
Todo es Uno.


55-24,25
Todo cuanto en la tierra hay es perecedero.
Pero la faz de tu Señor, Dueño de Majestad y Honor, permanece.

LXXV

Hermoso y duradero es el diamante.
Piedra de luz, en él juegan los rayos
como un temblor de espigas y de anémonas.
Hermoso es, sí; y duradero.
Y sin embargo un día llegará
en que sea apenas un polvo entre la arena.
Después ni eso.
Hermosa y duradera es la creciente
de espuma sobre el mar,
siempre agitándose y siempre se renueva;
flexible y persistente, parecerá morir
y surgirá de nuevo.
Pero también un día llegará en que sea nada,
ni un lecho de salitre ardiente y calcinado.
Hermoso un bello rostro
que queda en calavera
y más hermoso el sol
y todas las estrellas.
Y no obstante, también acabarán.
Reventarán los soles, su turbación feroz
se tragará con ellos
cualquier vestigio de algo que existiera.
Todo se acabará. Pero Su Faz,
Inmensa y Majestuosa
allí estará y estaba antes.
Nunca tendrá final.


55-31
¡Genios y hombres juntos! Si podéis saliros de los confines del cielo y de la tierra, hacedlo…Pero no tendréis salida si no es con un poder.

LXXVI

Más veloz que la luz,
más fuerte que los truenos,
más versátil que el agua,
más bella que…, ¿la luna?,
tu nave partirá cruzando por el cosmos
caminos estelares.
Pero, ¿a dónde irá?,
¿a qué destino aspira?
¿Dónde recalará
para dejar la firma
de los seres humanos?
Puedes buscar aliados…
Si acudes a los genios
tal vez puedan prestarte
un poco de su ingenio.
Y cuando al fin lleguéis
al confín de los cielos
probad a ir más allá,
donde ya ni la física
conoce de sus leyes…
En el vacio abisal,
sacad vuestras antenas
y gritad… ¡Eh! Gritad…
No paréis de gritar.


56-4,5,6
Cuando la tierra se mueva convulsivamente, las montañas caigan desmoronadas y se conviertan en polvo esparcido.

LXXVII

Deja tu fardo ya,
la mercancía no sirve…
Deja ya tus ovejas,
pastor, en sus mesnadas;
el pasto ya se acaba.
Doctor, tira tus tubos.
Maestro, ya no enseñes;
ya nada hay que enseñar.
Dejadlo todo ya;
no sirve ni el sismógrafo,
su aguja se rompió.
¡Eh!, prestamista,
no guardes tu dinero…
Y tú, tan ahorrador,
el que aspiraba a ser
más rico en el cementerio,
ni tu tumba te sirve,
te habrás de levantar con ojos de langosta
y ya no habrá ni tierra
sobre la que pisar…
¿No oís ya el temblor?,
¿no notáis que las piernas
ya ni pisan ni vuelan?
¿Y este polvo feroz? ¿Y esa luz
por entre la neblina?
¡Hey!, camina…, ¡camina!


56-67
¿Sois vosotros los que hacéis germinar o somos Nosotros los germinadores?

LXXVIII

Puso el labrador su mejor semilla;
regó la tierra con desmesura,
le echó el abono…,
pero la planta no germinó.
El ingeniero buscó en los genes,
manipuló sus combinaciones,
consiguió el químico fertilizantes,
puso la tierra el perito agrónomo…
Pero la planta no germinó.
Y cuando lo hizo dio más problemas
que beneplácitos aportó.
Besa la lluvia la tierra y crecen
hasta en las piedras árboles raros
y si Él no quiere, por mucho empeño
que el hombre ponga no habrá remedio
para que un huerto se haga un erial.
Una sustancia logra una cura
pero provoca otra enfermedad.
Un adelanto trae un efecto
y otro sorprende al llegar detrás.
Crecen las plantas, el jardín brilla
y lo destroza un vendaval.
Podrás si quieres traer semillas,
Seleccionarlas, manipularlas,
firmar patentes que te hagan dueño
de los mercados para sembrar…
Pero al ponerlas bajo la tierra
¿serás tú quien las germinará?


63-4
Cuando los ves, te gusta su aspecto y si hablan, sus palabras captan tu atención. Son como maderos que no sostienen nada. Creen que cualquier grito va dirigido contra ellos. Ellos son el enemigo, tened cuidado. ¡Mátelos Allah! ¡Cómo mienten!

LXXIX

¡Cuidado con los hombres de aspecto venerable
y lengua de serpiente!
Manejan las palabras con soltura de artista
y tienen un aplomo que encandila al oyente.
Utilizan recursos de un poder increíble
y el tono y las maneras resultan sugerentes.
Pero son vigas que no sostienen nada,
maderos que figuran,
tramoya sin sustancia…
Y se creen en la cumbre.
Insufribles pedantes, cualquier cosa que digas
pensarán que es por ellos.
Cuida que su veneno
no te afecte. Son bocas
para la hipocresía.


76-1
¿Acaso no hubo un tiempo para el hombre en el que no fue nada, ni siquiera un recuerdo?

LXXX

¡Con qué soltura decimos que alguien
logró alcanzar la inmortalidad!
¿La inmortalidad?
Apenas hace unos diez mil años
que vivió… ¿Aquiles?
¿Pero vivió?
¿Fue Homero un ciego?,
¿fue acaso un hombre?
Un millón de años a escala cósmica
es un paseo. ¿Quién habrá entonces?
Al más ilustre de nuestros genios
¿quién lo recuerde?
Pero…, ¿habrá alguien?
Retrocedamos sólo diez años…,
de aquellas gentes que te importaban,
¿a quién recuerdas?
¿Y hace veinte años?
Retrocedamos sólo cien años
¿quiénes entonces tenían éxito?,
y, de aquellos nombres, ¿cuántos aun suenan?
¿Y hace mil años? ¿Y hace cien mil?
Pregúntale a los dinosaurios:
¿qué era del hombre?
¿Y qué era de él antes del big-bang?


78-19,20
El cielo se abrirá y será todo puertas. Y las montañas serán transportadas cual espejismo.

LXXXI

¡Montañas como estacas
bajo los siete cielos!
Y puertas y más puertas
como juego de espejos…
Polvo sobre las nubes,
humo en cielos rajados.
Y las montañas como espejismos,
juegos de agua, reflejos vagos
mientras los astros
van apagándose…
Y un cerco negro
y un árbol grande…
Y un remolino en el que los gases
dejan estelas de flores áureas
que en hebras blancas se deshilachan…
Y un ángel negro.
Y un ángel blanco.
Y un cielo.
Y otro.
Puertas y puertas.
Y una balanza.
Y un libro abierto.
Y un gran abismo.
Y agua que quema.
Y lenguas ácidas.
Y amplios jardines
con perlas y águilas…


81-8,9
Cuando la niña enterrada viva sea preguntada.

LXXXII

Y tendrás que explicar qué delito
cometió la pequeña indefensa.
Y aquel niño que iba de camino
con su padre a ver escaparates
y murió bajo vuestros disparos.
Y los que estaban en escuelas
refugiándose de vuestras bombas
y cayeron también. Y aquel otro
que cruzaba la calle jugando
y el que estaba en brazos de su madre.
Y los que por el hambre eran víctimas
de maniobras internacionales
y los que eran comida de moscas
y miraban con ojos enormes
preguntando qué pasa asustados…
Y los que eran quemados con líquidos
que las bombas les desparramaban.
Y los que eran víctimas de un aire
con corruptas miasmas radioactivas.
Y los que eran sujeto del fraude
de un país cuyo fruto robaban.
Y de todos aquellos que un día
sorprendidos de que quien debía
protegerlos los trataba mal
trasformaron su fe por la vida
en miedo y en odio…
Y tendréis que explicar por qué aquello.


82-18,19
¿Cómo podrás entender qué es el Día de la Retribución?
Ese es el día en el que nadie podrá hacer nada por nadie. Y ese día el mandato será de Allah.

LXXXIII

Toma mi mano ahora que es tiempo,
coge la fruta que se te ofrece,
degústala,
disfruta el dulce sabor de su agrio,
ese agridulce zumo que enciende
y aporta alegre rabia y te lanza
por los caminos.
Ten mi palabra, toma mi brazo
y andemos juntos
ahora que el campo huele aún a lluvia,
ahora que el barro se está oreando
y por las ramas de los olivos
brillan estrellas sobre las gotas,
besos que el sol deja por la escarcha,
guiños de luna sobre el rocío.
Ahora, si quieres, puedo ayudarte.
Ahora, si quieres, me has de ayudar.
Ahora, juntemos nuestros esfuerzos,
que yo te ofrezca, que tú me ofrezcas,
que ambos pidamos por los demás.
No te descuides…,
toma mi brazo y marchemos juntos
porque habrá un Día
en el que nadie…,
en el que nada te ayudará.


86-5,6,7
Que mire el hombre de qué ha sido creado.
Ha sido creado de agua eyaculada que sale de entre la espina dorsal y las costillas.

LXXXIV

¡Grandiosas son las máquinas del hombre!
Con ellas ha cruzado los cielos,
surca el agua,
horada las montañas…
Grandes sus construcciones:
pirámides antiguas y nuevos rascacielos.
Y es grande lo que logra
con números y fórmulas
y grande su armamento capaz de destruir
paisajes y ciudades…
Mas no ha sido capaz de lograr la armonía
que le deje vivir en un mundo sereno,
de vencer la ansiedad que le ata a las cosas,
de sentirse tranquilo ante el paso del tiempo,
de asumir que su fin se le acerca inflexible…
Y, tan grande que es,
se le olvida que fue sólo un pobre coágulo,
que salió de una gota de esperma y que existe
porque quiso el Creador que existiera.


86-9
El día en que los secretos queden al descubierto.

LXXXV

Bajo un manto de nieve
duermen yemas secretas que tranquilas esperan
a que la primavera
les permita crecer.
En ocultos cajones cuya llave escondida
guarda con precaución preocupado su dueño,
duermen viejas historias.
Y en umbríos rincones de cualquier corazón
se agazapan las sombras buscando el olvido.
Hay miradas que esconden y sonrisas que callan.
Y unas manos manchadas que, asustadas, se ocultan.
Pero el día llegará en que un viento levante
tantos velos que habían tapado las cosas.
Y habrá un sol cegador que ilumine las sombras
y no habrá un rincón donde la luz no llegue
ni un secreto guardado que no conste en el libro.
Lo que se hizo estará a la vista de todos,
y si se corrigió o se ocultó cual si nunca
hubiera ocurrido. Y será la verdad
la que conste ante un Juez al que nada se escapa.


89-30,31,32
¡Oh alma sosegada! Regresa a tu Señor, satisfecha y satisfactoria. Y entra con Mis siervos, entra en mi Jardín.

LXXXVI

Almas, que vagas sedienta en el sendero,
perdida por umbrías de un bosque iluminado…,
bebe del agua del claro manantial,
calma tu sed de anhelo
y regresa por fin a la casa en que siempre
tuvo tu corazón su ilusión y su nido.
Disfruta su paisaje
de sosiego y de calma,
el aroma dulcísimo de sus flores sencillas,
la quietud de su luz
bendita en las montañas.
Acércate, alma mía,
al Jardín donde todo
vibra en música armónica
y hay un aire feliz que no sabe del tiempo
ni de envidias ni de ira
ni de aquellas pulsiones que dejaron otrora
cicatrices de angustia que ahora son sólo amor.
Un Amor que disuelve en la Total Entrega.


91-7,8
¡Por un alma y Quien la modeló! Y le infundió su rebeldía y su obediencia.

LXXXVII

¡Con qué amoroso celo cuida de su pequeño
la madre que lo tiene!
¡Cuán generoso es
el hombre que atormenta
sus noches y sus días
en desmedido afán de hacer todo mejor
para que otros lo gocen!
¡Y qué míseros son el hombre y la mujer
que miran con recelo el beneficio de otros,
que llenan de veneno la senda del vecino
para que no le estorbe!
¡Y qué felicidad mirando a las palomas
que vuelan sobre el agua
o sintiendo llegar el sol sobre la cara!
¡Y qué angustia pensar que todo es un problema,
que en el mundo los necios tienen tanto poder!
Libérate, alma mía, de esa tensión que hiende
los cielos y la tierra
y déjate llenar de plenitud serena
y no olvides que Él hace que con su Amor
sea fácil.


93-3
Que tu Señor no ha prescindido de ti ni te desdeña.

LXXXVIII

¿Quién dijo que ya todo
se terminó y no queda
ya nada por hacer?
¿Acaso ya no sale
el sol por las montañas?
¿Es que ya por la noche
no hay luna por el cielo?
Tu corazón abriga
una rosa encarnada
que espera ilusionada
a que la dejes ser.
Crepitan por tus venas
lágrimas que desean
estallar como flores…
¡Desenreda tus sueños!,
ven, amigo y cantemos
a la gloria del mundo.
Que las sombras conozcan
el amor que somete
y la inocencia hable
con su voz de cascadas…
¡Ah, vida tan inmensa!,
¡ah, alegría de vivir!
Deja que el viento arrastre
esas penas que muerden
y no valen la pena.
¡que la lluvia te lave
y un fragor de combate
te levante los ánimos!
¡Si la vida te arrastra
ya no importa morir!


94-5
Porque es cierto que junto a la dificultad hay facilidad.

LXXXIX

Alegre es el tormento en el dolor de vivir.
La vida es una herida.
¡Pero qué bella la sangre que corre por los ríos
internos de los cuerpos
y qué hermoso ese fuego que consume rastrojos
lanzándonos al campo como lobos hambrientos
en busca de sentido.
No preguntes por qué te ha tocado el quebranto.
La Majestad de Allah regala haciendo daño
y te puede dañar si te regala.
Las pruebas son la fuente del agua de la vida,
lo que mantiene el alma
en lucha siempre joven,
la fuente de la eterna juventud.
Mira más bien delante y eleva tu mirada.
Camina con firmeza y no bajes la frente.
Cuando el camino es duro el corazón se aprieta
y hace manar la sangre con fuerza en el encono.
Vivir es un combate.


97-3
La noche del Decreto es mejor que mil meses.

XC

Espérame en la noche
en la que el cielo se abre
y descienden legiones
de luces y poder;
poder que te libera;
ese que abre las puertas
a ojos y corazones;
el que permite ver
más allá de los velos
y te da a la existencia
intensa y fascinante
de la Unidad perdida.
La noche en que las alas
de espíritus sutiles
interpretan la música
de fastuosas canciones
y en olas de alegría
sientes que atravesaras
las puertas de los mundos.
La noche en que las sombras
se esconden asustadas
y en todos los rincones
hay ángeles que danzan
y las almas humanas
celebran la victoria
de la dicha exultante
de vivir y no temen.
Ya su vida es tan libre
que hasta morir celebran.


99-8,9
Y el que haya hecho el peso de una brizna de bien, lo verá. Y el que haya hecho el peso de una brizna de mal, lo verá.

XCI

Si le diste un abrazo al solitario
o le diste una sonrisa al afligido
o ayudaste a quien lo necesitaba
aunque no te lo pidió…
Lo verás como ves en el estanque
de las aguas transparentes su quietud.
Y verás con qué respeto te movías
por el mundo para que tu huella fuera
más simiente que destrozo.
Y verás si derrochando consumías
lo que a otro hubiera bastado
para poder subsistir
o si despreciaste a alguien
con desdén inmerecido
o si sembraste cizaña
en medio del yerbazal
o si acaparaste tanto
que alguien se quedó sin nada
o si mentiste cobarde
para conseguir con fraude
lo que deseabas tener.
Y si te hiciste esclavo
de tus propias compulsiones…
Cada brizna de tu vida
la verás como ese musgo
que hay debajo de las aguas.


100-1,2
¡Por los que galopan resoplando y hacen saltar chispas!

XCII

¡Caballos enfurecidos,
bravos como el viento bravo,
libres como el aire libre!
Cabalgad con brío de fuego
que vuestros cascos resuenen
por las gargantas del mundo
y echen chispas a su paso…
Vuestras crines son la furia
de un corazón generoso
y vuestras patas columnas
de basalto derretido…
Romped la quietud salobre
de los rincones mohosos,
salpicad de sudor sano
las máscaras intocables
y al ancho rostro del mundo
hacedle surcos de vida
que las cremas que lo ocultan
se resbalen derretidas.
¡Bravos caballos de cierzos
con nubes en los ijares!,
por vuestros belfos resoplan
cansancios acumulados.
¡Cabalgad sin miedo! ¡Vamos!,
que los muros oxidados
con vuestro estruendo se vengan
abajo desvencijados.
Las chispas de vuestros cascos
son soles encabritados.


101-2,3,4
¿Y cómo hacerte saber qué es la conmoción? es el día en que los hombres estarán como polillas dispersas. Y las montañas como lana cardada.

XCIII

Ese es el día de la furia…
Cuando saldrán de la tierra
sus entrañas como espuma
y los hombres se dispersen
como polillas que acuden
al fuego. Y se van. Y vuelven.
El día en que las montañas
serán de lana cardada
y subirán para luego
caerse pulverizadas.
Y un viento de fuego y hierro
lamerá rocas y valles
dejando tras sí un paisaje
de páramos asolados.
Y el agua no será ya agua.
Y el fuego no será fuego.
Los ojos no podrán verlo.
Y un cielo rojo de sangre
caerá sobre los vastos
desiertos donde los hombres
en remolinos dispersos
buscarán a dónde asirse;
pero ya no tendrán manos.


102-1,2
La rivalidad por tener más os mantiene ocupados hasta el día que visitáis los cementerios.

XCIV

Ya viste con qué soberbia
se jactó de sus triunfos.
¿No te acuerdas?
Y con qué afán desmedido
acumulaba ganancias
para poseer los bienes
materiales más preciados.
¿No aprenderás?
Uno y otro ya murieron.
Ni de sus glorias ya queda
recuerdo y el que era rico
ahora es polvo en una rama.
Luchas y manchas tus manos
en el fango del camino
sólo por guardar el barro
que ha de llevarse la lluvia,
por acaparar la fama
de una rata enajenada.
Y si se muere a tu lado
el que contigo bregaba
sientes algo por la espalda,
un calofrío que te araña.
Pero pasan unos días
y vuelves a las andadas.
¡Venga a luchar por el barro!,
por un brillo…, una mirada.
Y la muerte agazapada…


109
Di: ¡Incrédulos! Yo no adoro lo que adoráis ni vosotros adoráis lo que yo adoro. Yo no adoraré lo que vosotros adoráis ni vosotros adoraréis lo que yo adoro. Para vosotros vuestra adoración y para mí la mía.

XCV

Vuestros templos son de tierra
y funcionan con dinero.
Los míos son tan sutiles
que es sagrado el mundo entero.
Tenéis ritos compulsivos,
consumistas, vocingleros…
Los míos son recogidos,
silenciosos y serenos.
Vuestra casa es de techumbre
y muros de piedra y barro…
La mía es de luz y lumbre
y de viento alucinado.
Tenéis ídolos en campos,
en estadios, parlamentos,
en catedrales, en bancos,
en las universidades…
Yo derribé ya los ídolos
y habito en las claridades.
Adoráis tanto las cosas
que sin ellas estáis mal.
Yo miro y huelo las rosas
y tan sólo adoro a Allah.


110
Cuando llegue la victoria de Allah y la conquista y veas a la gente entrar por grupos en la adoración de Allah, glorifica a tu Señor con Su alabanza y pídele perdón. Él siempre acepta a quien a Él se vuelve.

XCVI

El día en que la victoria
de Allah sea evidente
y en todas partes la gente
lo adore con decisión
acuérdate de los tiempos
en los que tanto costó
y por seguir sus designios
era todo incomprensión.
Pero no nos tengas pena.
Acaso aquellos problemas
para seguir Su Camino
lo hicieron de más valor
y los que estuvimos solos
nos forjamos con un hierro
más resistente al dolor.
Cuando llegue ese momento
disfrútalo con pasión
y en el mar de la alegría
glorifica a tu Señor.


112
Di: Él es Allah, Uno. Allah, el Señor Absoluto. No ha engendrado ni ha sido engendrado. Y no hay nadie que se Le parezca.

XCVII

¿Cómo preguntas de dónde?
¿Cómo preguntas por qué,
que cómo y cuándo y que quién?
Allah eres tú y soy yo
y es el niño que sonríe
y la mueca de dolor.
El el Yanna y la Gehena,
el poder del terremoto
y el que hace salir el sol.
Es la espiral de la rosa,
el ojo rojo de Júpiter,
la fiesta, el amor, la guerra,
es la alegría y la pena,
es el hombre y es el genio,
es el ángel y el shaytán,
está en la materia oscura
y era antes del big-bang.
Está en todo lo que vemos
y estará tras el final.
A nada se le parece
y en todas partes está.
Y está en tu mano que coge
y en tu pie cuando se mueve.
Y está mucho más allá.


113
Di: Me refugio en el Señor del rayar del alba, del mal de lo que ha creado, del mal de la noche cuando se hace oscura y del mal de las que soplan en los nudos y del mal del envidioso cuando envidia.
XCVIII

¿Dónde reposará mi corazón,
dónde podrá encontrar refugio
si todo se hace sangre alrededor
y me cerca la noche y la tiniebla?
Tan sólo en mi Señor, que nunca falla,
que siempre está ahí…
En Él pongo mi Amor y entrego mi serena
fe de beber su agua de la Vida.
En Él yo soy y existo
y tengo al caminar la luz más clara,
el aire más liviano…
En Ti, Señor, yo pongo mi esperanza
y me refugio en Ti
de lo que en este mundo
se esparce por doquier cuando la luz se hiende
y la tensión se adueña de las cosas
en su separación marcada por el tiempo.
Y añoro mi regreso a Tu Faz primigenia.


114
Di: Me refugio en el Señor de los hombres, el Rey de los hombres, el Dios de los hombres del mal del susurro que se esconde. Ese que susurra en los pechos de los hombres y existe entre los genios y entre los hombres.

XCIX

No me inquietas ya más,
susurro venenoso.
Oh, no, ya no me inquietas.
Ya superé la esclavitud
de aquella alma infantil que a todo se aferraba
y todo deseaba con desesperación.
Y superé también al alma que amonesta.
Esa que sacudía mi vida en su constante
contradicción vital.
Me entrego a mi Señor y es cuando soy más libre,
fluyo con la existencia
y mi alma está feliz,
serena y sosegada.
Puede venir la muerte,
puede venir la vida…
¡Susurro!, no te temo…
No puedes nada sobre mí.









Las alabanzas a Allah, Señor de los mundos.
El Misericordioso, el Compasivo.
Rey del Día de la Retribución.
Sólo a Ti te adoramos, sólo en Ti buscamos ayuda.
Guíanos por el camino recto,
el camino de los que has favorecido,
no el de los que son motivo de ira
ni el de los extraviados.

No comments: